domingo, 29 de julio de 2012


AbriendoIdeas Libre

En este día libre voy a dejar un poco de poesía de la buena: 



Almafuerte


¡Piu Avanti!

No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.


Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al menor ruido.


Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...


Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!




¡Avanti!


Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.

Obsecación asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...

¡Todos los incurables tienen cura
cinco minutos antes de su muerte!




Décimas

Yo soy flor que se marchita
al sol de la adversidad,
el arbolito en mitad
de la llanura infinita.

La paloma, pobrecita
que arrastran los aquilones,
entre oscuros nubarrones
de tempestades airadas,
soy la barca abandonada
en el mar de las pasiones.

Soy el ave que al bajar
de los aires fatigada,
no tiene ni una enramada
ni un árbol en que anidar;

y si vuelve a levantar
las tristes alas del suelo,
encuentra nublado el cielo
y desecha la tormenta,
y el pájaro se lamenta
y vuelve a tender su vuelo.

Yo no canto por llamar
la atención que no merezco,
yo canto porque padezco
penas que quiero olvidar;

que tan solo con cantar
se va al viento nuestra pena,
y yo tengo el alma llena
de pesares y amarguras,
¡Más que en La Pampa hay anchura
más que en la mar hay arena!

¡Adiós primorosa flor!
Adiós lucero invariable,
solamente comparable
a la estrella de mi amor;

cuando sientas un dolor
parecido al que yo siento,
Dios quiera que tu lamento
no sucumba en la ignorancia,
y atraviese la distancia
sobre las olas del viento.




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