lunes, 2 de julio de 2012


AbriendoIdeas Teorías

Un arte latinoamericano.


Durante mucho tiempo al momento de pensar en arte, y sobre todo en la pintura, se remitía a los parámetros europeos, fundamentalmente al Renacimiento y a lo clásico. Es decir que se compartían sus ideales de belleza siguiendo las distintas corrientes artísticas que se sucedían en ese continente. Esto se debió fundamentalmente a una forma de diferenciar el arte culto del que no lo es, aceptando, venerando y defendiendo los parámetros del occidente.

Sin embargo, ¿es ése un arte para Latino-América?, ¿son esas prácticas europeas representativas de nuestra cultura, de nuestro modo de pensar?. 

Rodolfo Kusch, un reconocido filósofo del ámbito del arte, destaca en su libro, "Anotaciones para una estética de lo americano", que cada cultura tiene una angustia existencial, un sentir que le es propio y necesita ser descargado a través de distintos medios de expresión, dentro de los cuales el arte tiene una gran importancia.


Ese sentimiento, que Kusch denomina cómo "lo tenebroso", debe ser liberado para lograr combatir al menos esa angustia existencial que es propia de un pueblo, influida también por sus costumbres, historias, relaciones, etc. 

Sin embargo lo que destaca este autor es que al elegir y defender los parámetros europeos del arte lo que estamos haciendo es elegir su forma de descargar lo tenebroso, pero nuestra angustia allí permanece. La generación de un arte con cualidades estéticas europeas no ayuda a liberar esa angustia ya que en realidad esa es la forma en que otro pueblo descarga sus tensiones, a partir de características que son propias de sus creencias, de sus costumbres. Es decir que resulta casi una máscara mientras lo tenebroso continúa allí, presionando, asfixiando, sin posibilidad de ser liberado.


En ese marco Kusch destaca dos momentos en que se generó una estética propia de lo americano, con sus propios métodos y formas de liberar esa angustia. En principio el arte precolombino, muy relacionado a lo indígena, expresado en vasijas, máscaras, esculturas, entre otros. Algo propio de esta etapa es la cosmogonía observable en estas obras y sobre todo en estas culturas, donde el mundo animal y el vegetal están unidos, formando el hombre parte de esa unión. Ellos descargaron esa tensión original vinculada a esa cosmogonía, con sus miedos y leyendas.


Luego se destaca otro momento con las inmigraciones masivas de europeos hacia latinoamérica, fundamentalmente en el mundo construido por el hijo del inmigrado. Allí, en esa época surgió el tango, el "cocoliche" y expresiones propias que expresaban el sentir de ese momento las angustias de estos hombres aprendiendo a vivir en una nueva tierra.


Es interesante analizar como muchas veces influenciados por el parámetro de lo culto se ha dejado de lado la posibilidad de expresar los sentimientos más profundos, los que son propios de una cultura, que se ven reprimidos sometidos frente a la construcción de un arte que no les es propio.

Hoy en día en pleno proceso de globalización se hace más difícil lograr definir hasta que punto algo nos representa, sin embargo siempre hay que tener en cuenta donde nacimos, y bajo que cultura nos criamos, entendiendo que compartimos pesares, dolores y una angustia que nos es propio y somos nosotros quienes debemos definir cómo lo expresaremos, más allá de mandatos y restricciones que nos resultan ajenos.

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