¿En que época vivimos?
Desde que entramos a la escuela
nos enseñan que la historia se divide a partir de ciertos hitos y
características. Edad Antigua, Edad Moderna, Contemporánea, etc. Sin
embargo se me planteó una duda vinculada
a que época estamos viviendo. Cuáles son las características que albergan
nuestra existencia.
Se menciona muchas veces a este
segmento de la historia cómo posmodernidad. Siendo su principal característica
el neoliberalismo con todo lo que trajo aparejado. Es decir un retorno a
ciertos modelos liberales, tomando como punto de inicio la caída del Muro de
Berlín como indicio del fin de los modelos comunistas.
Tomando cómo referencia a Peter
Drucker, un defensor ferviente del neoliberalismo, se destacan algunas
características de la posmodernidad:
· Gobiernos vinculados a la derecha liberal.
·
Libre Comercio.
·
Individualismo, originado por la famosa mano
invisible de Smith, señalando que si cada uno busca su propio beneficio
favorecerá el beneficio de la sociedad.
· Despolitización de la sociedad, personas menos
interesadas por la participación política e ideológica, ya que gobernar es casi
una tarea de administración.
·
Se plantea a las ONG como una segunda vida
laboral para que aquellos ya excluidos
del sistema participen.
Sin embargo se plantea al leer estas características un fuerte interrogante: ¿Son estas las características con las que nosotros vivimos?
Estas mencionadas tipologías
fueron propias de los 90 pero no son acordes a todo lo sucedido desde el 2000
en adelante. Siendo en este sentido la Argentina y Sudamérica en general
pioneras, la vanguardia del cambio.
Tomando como referencia los
gobiernos en los distintos países sudamericanos desde el 2000 se observa una
tendencia fundamentalmente vinculada a la izquierda y centro izquierda. Esto
puede ser explicado ya que los mencionados países fueron los primeros en sufrir
las crisis del neoliberalismo debido a la fuga de capitales. Es decir que decidieron
realizar un fuerte giro, dejar de obedecer las consideraciones del F.M.I. y
modificar la forma de dirigir el gobierno, mucho más cercano al Estado de Bienestar de Keynes.
Estas tendencias siguen vigentes y fueron evidentes en las últimas elecciones realizadas en Argentina siendo los vencedores un modelo peronista de izquierda y además quedando en segundo lugar una alianza socialista. Se considera además que tras el impacto de la crisis europea y norteamericana se comenzó a gestar en estas naciones la presencia de gobiernos de izquierda, evidente en la reciente elección en Francia de un candidato socialista.
La segunda característica de la
posmodernidad vinculada al libre comercio, tampoco se ve presente en la
actualidad, con una creciente regulación de importación y exportación.
Por otra parte ese individualismo
tan destacado en los 90 no condice con la gestación de movimientos populares,
así cómo la creciente generación de grupos, asociaciones, ONGs. Es decir que la
solidaridad y la participación están a la orden del día.
Aun cuando se creía que la
tecnología acrecentaría el individualismo, en la misma web no se condice este
fenómeno a partir de las crecientes comunidades y redes sociales que conectan a
las personas, así como la generación colectiva de contenidos. Es decir que
tampoco el individualismo extremo es algo que se pueda definir cómo una
constante.
Por otro lado cómo se puede
explicar la despolitización si existen cada vez más jóvenes que se afilian a
partidos y que defienden diversas ideologías. No se puede pensar en
despolitización, tomando cómo referencia a la Argentina, en un país dónde se
observan grandes movilizaciones y actos políticos y dónde cada vez se debate
más que nunca en los medios sobre política e ideologías. Cómo explicar la
devoción patente de algunos ciudadanos
hacia ciertas figuras políticas y cómo explicar también el “odio” o el enojo de
otros ciudadanos hacia las mismas figuras. Ciertamente no se puede hablar de
despolitización cuando la política despierta tantos sentimientos en la
gente. Es muy recomendable para ampliar este tema
leer el texto “En torno a lo político” de Chantal Mouffe, el cual justamente
refiere a ésta época como un retorno a lo político, es decir a la participación
política activa de los ciudadanos.
Por último con respecto a las
ONGs no estoy conforme con el rol que la posmodernidad neoliberal ha intentado
asignarle, cómo una forma de incorporar al sistema a aquellos que ya no están
en edad de trabajar. Justamente el carácter de las ONGs es reparar muchas veces
las fallas del sistema, impulsados por valores de solidaridad, preservación,
educación, etc. Considero que estas instituciones actúan cómo soporte de la
sociedad y no cómo un lugar de retiro. Más aún cuando en gran porcentaje son
los jóvenes, muchos activos laboralmente, los que hacen crecer y desarrollar
estas actividades.
Es entonces que respondiendo a la pregunta anterior la respuesta es tajante: No.
Podemos observar que la época que
nos caracteriza no es la augurada por los pensadores de los 90, no es esa
posmodernidad la que nos alberga. Entonces hay que preguntarse hasta que punto
no fue esa posmodernidad advertida por Drucker un resabio del Siglo XX donde se
alzó y se estableció el capitalismo. Quizás convenga considerar un punto de
inflexión en las crisis de los 2000 como inicio de una nueva era, personalmente
prefiero vivir en este tiempo con sus características, en un presente con
ideas, con participación, antes que en esos tibios, pasivos y hedonistas 90 que
muchos auguraban cómo nuestro futuro.
Posmodernidad es un concepto artístico, y los otros conceptos que mencionas, 'edad media, 'moderna', 'contemporánea', con históricos.
ResponderEliminarY para la historia se supone que seguimos viviendo en la era contemporánea, que comienza en 1789, aunque, claro, las cosas cambiaron mucho desde entonces...
Más allá de eso, el artículo es muy interesante.
Saludos
J.
Muchas gracias por el aporte y la crítica.
EliminarParticularmente para este artículo tomé el concepto de posmodernidad empleado por Peter Drucker referido a un concepto temporal para definir una etapa en base a características políticas, económicas y de organización, tomando cómo punto de inicio la caída del muro de Berlín y el fin del mundo bipolar.
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Saludos, Gustavo.