martes, 19 de junio de 2012


AbriendoIdeas Libros

Hoy les voy a recomendar:

"El mundo ha vivido equivocado y otros cuentos" de R. Fontanarrosa.



Este libro de Fontanarrosa es una colección de extraordinarios cuentos desarrollados por este autor. En la cual no sólo se da una enorme variedad de temáticas y contenidos, sino que demuestra la capacidad intelectual de Fontanarrosa para captar la esencia de los diversos estilos literarios y condensarlos en estas historias.





Es un libro que se dedica fundamentalmente al humor, un humor absurdo, paródico y bizarro que genera carcajadas aun en quien se resista. Involucra no sólo situaciones hilarantes, sino también un profundo desarrollo del costumbrismo nacional, donde captura y retrata a personajes y elementos típicos de la cultura argentina: el gaucho, el compadrito, el vivo, el fútbol, todos están presentes y excepcionalmente reflejados.


Una vez dijo Fogwill sobre Fontanarrosa: "es el mejor escritor argentino". Fundamentalmente porque es el escritor que mejor refleja la esencia del argentino, animal de costumbres, gracioso, con esa viveza criolla que siempre se busca destacar. Esta consideración no va en desmedro de los grandes escritores nacionales, sino que destaca cómo este autor representa y defiende el ser nacional como ningún otro.


El humor involucrado en el libro denota también la gran cultura del autor, introduciéndose y reflejando distintos géneros, desde  un informe científico, hasta policiales, todo desde la parodia y todo para generar una sonrisa en aquellos que puedan y sepan entender la genialidad y la capacidad de éste excepcional escritor,  que lamentablemente desde que se fue ha dejado un vacío que nadie puede llenar.

Mejores cuentos: 


"Inspiración"


"Lo que se dice de un ídolo"

"Testimonio 3: Yo fui amante del yeti"

"Qué lástima Cattamarancio"

"Semblanzas deportivas"

"Crónica de caza"


Mejor momento para leerlo:

Es un libro para todo momento, se puede disfrutar en cualquier situación. Siempre que uno quiera divertirse sólo debe abrir este libro y disfrutar de uno de sus cuentos.


Abajo les dejo uno de sus cuentos pertenecientes al mencionado libro.....



MI AMIGO PETER



Como corresponsal de guerra me ha tocado enfrentar un sinnúmero de situaciones amargas, duras.A pesar de la cierta insensibilidad que se va apoderando de uno debido a la misma naturaleza del trabajo cada tanto los acontecimientos nos ponen de cara a trances que nos devuelven el áspero sentido del dolor, el pesar y el espanto mismo.Pero quizás el que más me puso a prueba, el que más hondo hirió mi fibra humana fue el encuentro que me tocó vivir en el hospital militar de las tropas inglesas,en Sttumberben, aquel verano del 44.La infantería alemana se había retirado tras las márgenes del río Speer y lascampiñas y poblados mostraban los efectos devastadores de la artillería canadiense.Como las aguas de una inundación al retirarse, las tropas especiales del general Haus Obersalberg habían dejado un terreno alfombrado de escombros, hierros retorcidos,restos de vehículos blindados y cápsulas servidas.El hospital municipal de Sttumberben había quedado milagrosamente en pie, algo ennegrecido por el humo de los incendios, quizás agrietado ante los remezonestremendos de un cañón "Gran Berta" que los nazis habían disparado desde uno de sus pasillos.

Hacia allí marché presuroso cuando me dijeron que Peter Whiting había ido a darcon sus huesos, o lo que quedaba de ellos, a una de las camas de campaña. Le había estallado una mina bajo sus pies cuando se empecinó en patearla creyendo que era una lata de jamón del diablo enterrada por los alemanes antes de huir.Los nazis llevaban adelante la táctica de "tierra arrasada". "Haremos como el perro del hortelano" había amenazado el general Obersalberg ante la ofensiva aliada. Para sudesgracia, los jóvenes soldados teutones desconocían, en su mayoría, qué era lo quehacía el perro del hortelano. Por lo tanto la retirada fue un completo desorden de tropas cavando pozos para enterrar huesos, girando sobre sí mismas antes de dormir, o bien,orinando contra los árboles. Peter Whiting era algo así como un hermano para mí, y me sacudió la noticia desu desgracia. Cuando entré al hospital, hirviente de soldados, enfermeras y camilleros,me preparé para enfrentarme con el horror.Durante una hora caminé entre larguísimas hileras de heridos, hasta que una amable enfermera francesa me indicó la sala donde se hallaba Peter.

 —¿Usted lo conoce? —recuerdo que me preguntó. Asentí con la cabeza—. Lo encontrará muy cambiado— me previno. Yo sentí un nudo en el estómago.Ya en el tercer piso, una robusta jefa de enfermeras me condujo hacia la cama de mi amigo. Estaba algo apartada del resto de las otras camas y un par de lienzos blancos,flanqueándola, le daban una cierta privacidad. Peter estaba cubierto, a pesar del intenso calor, con una sábana hasta los hombros. Se veían parte de estos y me impresionó la blancura de su carne. La cara no podía verse, totalmente vendada y el cráneo desaparecía bajo un casco de yeso. Se le apreciaba, sí, la oreja derecha, nítida, armónica.No obstante resultarme familiar esa oreja, no pude menos que consultar con la mirada a la caba. Esta afirmó entrecerrando los ojos.Las primeras palabras que cruzamos con Peter fueron casi ceremoniales,productos de la tensión del encuentro. La voz de mi amigo me llegaba sofocada bajo las vendas. Recuerdo que hablamos banalidades, bromeamos y recordamos amigos comunes de la lejana Liverpool, ciudad donde nos habíamos conocido. —Oye, Burt... —me dijo en un momento dado Peter— sobre una de las sillas hallarás una frazada. Cúbreme los pies, por favor.Busqué con la vista la frazada, en tanto pensaba que la convalescencia le había conferido cierto estado atérmico a Peter. No debía hacer menos de 35 grados de calor.Cuando coloqué, la frazada sobre el lugar donde deberían estar los pies de Peter, sólo palpé una planicie acolchada. Volví a mirar interrogativamente a la caba. Esta nególentamente con la cabeza.Me habían hablado de esa extraña sensación que suelen percibir los mutilados,ese "reflejo fantasma" proveniente de un miembro que ya no tienen. Proseguí de inmediato la conversación con Peter, intentando soslayar el duro trago y evitar hablar del tema. Pero un minuto después Peter insistió. —Perdona Burt, perdona que te interrumpa... pero súbeme un poco la frazada. Es en las piernas que siento frío.Corrí la frazada más hacia la cintura y me volvió a ocurrir lo mismo que antes:bajo mis dedos no percibía ningún volumen. Consulté con la vista a la caba. Estameneaba la cabeza lenta y negativamente.

Me fue difícil enhebrar la charla con Peter, que ahora hablaba de la situaciónvacilante del frente de guerra. De repente, como animado, pasó a comentar su episodio con la mina. —El mayor cimbronazo lo sentí en la cadera —me confió—. Siento como si tuviese una protuberancia allí, sobre el costado derecho. Tócame, Burt. Con real aprensión palpé el sitio por él indicado y sólo encontré la mullidarespuesta del colchón. Busqué los ojos de la caba con desesperación. Esta nególentamente con la cabeza. Creo que Peter notó en mi charla, de allí en más, el desaliento.Continuó hablando sin embargo, hasta que se interrumpió para pedirme algo. —Burt... ¿ves la sonda que tengo en el pecho? —yo no veía nada sobre la sábana— Sácamela por favor. Me dijeron que la tendría sólo una hora y ya se ha cumplido. Me molesta. Me quedé paralizado. —Sácamela, sácamela Burt —me animó Peter. Hice ademán de tocar el sitio donde debía estar su tórax y mi mano volvió a dar contra la chatura, bajo el lienzo blanco.Clavé mis ojos en la caba, sin poder creerlo. La caba negó lentamente con la cabeza.Creo que estuve unos minutos más y salí huyendo.A la salida me di de bruces, confundido como estaba, con un teniente de infantería cuyo nombre no recuerdo. Me preguntó por Peter, él también le conocía. Lecontesté con frases entrecortadas, pero elocuentes. —Qué pena —dijo—. Un muchacho tan espontáneo. Tan simple. Peter es,solamente, lo que se ve —definió, compungido. —Ya lo creo —dije. Y proseguí escaleras abajo.

5 comentarios:

  1. Gustavo:
    Vine a visitarte desde el clubkindle. Tenés un blog interesante, me llamó la atención de que no tuvieras links para seguidores, pues eso te posibilita estar en red y leer y ser leído por mucha gente. Bueno, tal vez yo no encontré el link.
    Te dejo un abrazo.
    HD

    www.humbertodib.blogspot.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el apoyo, estuve intentando instalar lo pero no pude, voy a seguir probando.

      Lo que si tengo para favorecer el contacto es una comunidad en facebook, te lo dejo por si querés sumarte:

      http://www.facebook.com/AbriendoIdeas

      Eliminar
    2. ahí lo pude agregar gracias por el aporte!!!

      Eliminar
  2. Y ahí soy el primero, ¡todo un honor!
    Muy bueno tu 'titilando', Gustavo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar